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El proyecto aprovecha la amplitud y la horizontalidad del sitio; una sola planta con variaciones de alturas y niveles, porque las condiciones ideales para una calidad de vida óptima tienen que ver con la relación estrecha que el hombre desarrolla entre el hábitat y su contexto.

Cada espacio de la casa está íntimamente ligado con el exterior para poder vivir plenamente las particularidades del clima y de su vegetación, acompañadas de patios creados para regular las luces y las sombras, los colores y los aromas que facilitan la transición entre el interior y el exterior.

La casa se desenvuelve alrededor de un patio central que comparte y traslapa sus fronteras con el espacio interior; la arquitectura administra las variaciones visuales a través de los vanos y los volúmenes que surgen a partir de las vistas hacia el exterior. La casa se divide entre sus áreas públicas y privadas por un eje de agua que enriquece las vivencias exteriores acompañadas de luces y sonidos que apacientan el espíritu y promueven un estado superior de bienestar.